segunda-feira, 13 de junho de 2011

UM IMENSO ADEUS


«El suboficial de las SS se lhama Kurt Kraus. Nada más puede decirse de él.
El número 44.904 que ha sido sorprendido por Kurt Kraus a un lado de la avenida principal flanqueada de columnas rematadas de águilas hitlerianas, contemplando arrobado un haya aislada, acaba de anunciar quién es: el número 44.904. La cifra está impresa en negro en un rectángulo de tela blanca cosido en el lado izquierdo del chaquetón, a la altura del corazón. Asimismo está impresa en un sagundo rectángulo, cosido en este caso en el lado derecha del pantalón, en el muslo. Encima de cada uno de estos rectángulos, un triángulo isósceles de tela roja. Impresa con tinta indeleble en los triángulos rojos, la letra ese.
Una persona poco sagaz podría llamarse a error, podría creer que no es pura coincidencia. Como si la doble ese plateada - y estilizada: doble destello, doble desgarrón fulgurante - sobre fondo de rombo negro en el cuello del suboficial y la simple ese negra sobre fondo rijo en las ropas del número 44.094 revelasen alguna ralación jerárquica. Del simple al doble, en algún modo. Pero nada de eso. Existe la jerarquía, qué duda cabe. Entre el suboficial de las SS Kurt Kraus y el número 44.094 media toda la distancia del derecho a matar. Distancia y jerarquía, con todo, no quedan simbolizadas por ese paso del simple al doble, de la ese a las SS. Porque en lugar de la simple ese podría haber figurado cualquier otra letra. Una efe, una erre, una te: Franzone, Russe, Tscheche, por ejemplo, ya que la letra cosida en el triángulo isósceles tan sólo indica la nacionalidad de quien lleva el número. En el caso que nos ocupa, la ese aparece allí por Spanier, español. De suerte que la distancia jerárquica entre todo el que lleva número y el suboficial de las SS Kurt Kraus no viene condicionada por el origen nacional de aquél. El derecho a matar puede aplicarse a todo aquel que lleva número, con independencia de su nacionalidad. Atañe a la existencia misma de quien lleva número, sea cual fuere la letra identificativa que lleve cosida, para comodidad de la administraxión.
Son las diez de la mañana. Es domingo. Finaliza el mes de diciembre. El paisaje está cubierto de nieve.
El bosque de hayas de la colina del Ettersberg que da su nombre al lugar, Buchenwald, dista pocos kilómetros de Weimar.»