terça-feira, 23 de junho de 2009

UM IMENSO ADEUS


«MI PADRE. El recuerdo más doloroso de esos años de guerra fue lo sucedido el 8 de enero de 1937 en Alcalá de Henares. Estaba en el cine con mi hermano Fabri. De pronto sonaron las sirenas y comenzó un brutal bombardeo de los aviones Júnquers alemanes sobre la ciudad.
Lo aconsejable era no salir corriendo despavoridos a la calle, pero mi hermano se marchó asustado y no pude reternerle.
Un poco después, cuando cesó el bombardeo, regresé a casa, pero a mitad de camino volvieron a sonar las sirenas y tuve que refugiarme en el sótano de una vivienda. Otros refugiados comentaban que en el Paseo de la Estación había varios heridos y quizá muertos. Me asusté pensando en mi hermano, porque carca de la estación vivíamos nosotros.
Slí a la calle y me encaminé hacia mi casa, angustiado por lo que había oído y, al pasar por un jardincillo frente a la llamada «casa de Atilano», observé a unos hombres buscando con una linterna.
- Hay sangre, por aquí hay heridos...
Pensando en mi hermano les arranqué la linterna, enfoqué la zona y en el primer círculo de luz aparecieron unas botas campesinas y las reconocí en el acto: eran las de mi padre. Iluminé el resto del cuerpo hasta llegar a un rostro que aún sangraba, partido por la metralla. Sí, el que estaba tendido y destrozado delante de mí, era mi padre. Y estaba muerto.»
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Nota: O livro está traduzido em português e editado pela «GUERRA E PAZ».