segunda-feira, 15 de junho de 2009

UM IMENSO ADEUS





«Poco antes de morir, Antonio Machado, transido de dolor por el derrumbamiento de la República, pensaba en la mujer amada que no pudo ser suya. Y que, intuyendo que llegaba el final, se sintió una vez más transportado a la Sevilla de sus años primaverales, aquella Sevilla preñada de oro y azul que fue eterno presente en su corazón de poeta caminante.
Recordó también, tan cerca de las olas, la estrofa final de su 'Retrato'? Se sonrió, quizás, al constatar su ironía y su amarga verdad?
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Y quando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
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Nunca tan ligero, él, que jamás había poseído casi nada, como al lado del mar de Collioure en aquellos postreros momentos de su vida, fracasada la gran aventura de la República que tanto amaba y por la cual tanto había luchado.»