sexta-feira, 3 de abril de 2009

UM IMENSO ADEUS


«Andamos por los setenta mil muertos. La cifra me parece correcta. En Madrid funcionan unos ciento cincuenta tribunales de urgencia, donde se ventila el proceso rápido y se fusila al rojo. La Dehesa de la Villa aparece todas las mañanas florecida de abogados azañistas y mujeres de Vallecas que querían un hijo de Stalin, las muy putas. El Ateneo Libertario de Cuatro Caminos es hoy un tribunal de Franco donde se juzga de prisa, pero en justicia, y pocos se salvan. A los masones ya ni siquiera se les somete al proceso de exorcización del dibujante Demetrio, que eso lleva mucho tiempo. Lo tengo escrito para Juan Aparicio: «El mejor exorcismo, para un masón, es el pelotón.» La imprenta del Quijote, ya se ha dicho, en la calle de Atocha, es hoy otro tribunal que funciona al límite, rápido y eficiente. Algunos acaban con los párpados y la boca cosidos con imperdibles, para que no sigan blasfemando.»